¿Qué es un implante?

Un implante (o fijación) es una pequeña pieza alargada con forma de tornillo (también puede ser cilíndrica) de un material biocompatible especial (generalmente, titanio), que, instalado en los huesos maxilares, se «fusiona» con éstos al cabo de unas cuantas semanas (lo que se conoce como oseointegración).

Los implantes se comportan, de este modo, como raíces de dientes ausentes que permiten brindar anclaje a prótesis sustitutivas del diente o de los dientes perdidos. Esta prótesis puede ser fija o removible (retirable a voluntad) y no necesita apoyarse o sujetarse a dientes naturales remanentes en la boca.

 

Naturaleza del tratamiento  

En general, aunque hay variaciones, la técnica consiste en lo siguiente:

I)  Previa estudio y planificación adecuada, y siempre bajo anestesia , se practica una incisión y despegamiento de la encía (aunque en ocasiones puede evitarse y basta con penetrar a través de ella hasta el hueso con un perforador – punch – o con una fresa.

II)  Se prepara, mediante instrumentos rotatorios o manuales, un lecho de dirección, diámetro y profundidad apropiados, para que el implante pueda ser introducido en él: (i) sin dañar estructuras anatómicas vecinas (raíces adyacentes, nervio dentario, seno maxilar, etc.) y (ii) contra una cierta resistencia, que garantice su estabilidad inmediata (estabilidad primaria).

III) Se coloca el implante roscado o a presión, en el lecho, hasta la profundidad adecuada.

IV) Se sutura la encía, bien dejando los implantes totalmente enterrados debajo de ella (en cuyo caso deben descubrirse al cabo de un tiempo por medio de otra pequeña incisión quirúrgica), bien dejándolos aflorar al exterior a través de una abertura. En este caso, según las conveniencias y las circunstancias, podrían ser conectados inmediatamente a la prótesis (carga inmediata).

En ocasiones, cuando el hueso es insuficiente, se puede utilizar algún material de relleno o recrecido óseo (hueso autólogo, del propio paciente; hueso liofilizado de bovino; materiales aloplásticos mineralizados; etc,) y procedimientos de fijación u osteosíntesis (como membranas poliméricas, mallas metálicas, minitornillos o minichinchetas).  

Por su parte, las prótesis conectadas a implantes pueden ser:

•  Prótesis removibles (retirables de su sitio a voluntad) o implantorretenidas , que se sujetan en los implantes, pero no se soportan totalmente en ellos, sino en las encías edéntulas, y

•  Prótesis fijas (inamovibles), o implantosoportadas , en las que la fuerza de la masticación se transporta al hueso a través de los implantes.

•  Una variante de estas últimas son las llamadas prótesis híbridas, que compensan con una falsa encía la atrofia existente en el hueso, pero utilizan un anclaje poco natural para asegurar su adecuada higiene, que resultaría inestético si se expusiera a la vista.

La elección de un tipo u otro de implante depende de diversos factores, que deben ser analizados en cada caso: hueso y otros tejidos remanentes, factores estéticos, tipo de oclusión, presupuesto, etc., de modo que no siempre es posible la opción inicialmente deseable.

 

Limitaciones

•  Por causas no conocidas e impredecibles, puede fallar la oseointegración, con lo que el implante se desprende o moviliza y debe ser retirado. La probabilidad de ocurrencia a cinco años es menor del 1 % en la arcada inferior, y de cerca de un 10 % en la arcada superior, especialmente en casos de osteoporosis.

En tal caso de perderse el implante, puede colocarse inmediatamente uno nuevo algo más grueso en su mismo lugar, o bien uno idéntico al cabo de unas semanas (tiempo necesario para que la oquedad dejada se rellene de hueso).

Si ya estuviera realizada la prótesis, se cambiará o modificará de la manera conveniente para mantener la funcionalidad adecuada.

•  El hecho de que el implante se hubiera integrado en un primer momento no implica que no pueda desprenderse posteriormente. Las causas del fracaso de la oseointegración son múltiples (y muchas todavía desconocidas); por ejemplo: factores relacionados con la oclusión (intercuspidación de los dientes), con la higiene defectuosa, con la falta de revisiones periódicas, factores intrínsecos a la propia biología del paciente, tabaco, etc.

 

Contraindicaciones y advertencias importantes

•  Si tiene, o cree tener, alergia al látex debe advertírnoslo porque la mayoría de los guantes lo contienen.

•  Si ha tenido, o cree tener, alergia o algún tipo de intolerancia o reacción anormal a los anestésicos locales o a los vasoconstrictores, debe hacérnoslo saber inmediatamente.

•  Si tiene hipertensión o diabetes no se olvide de indicárnoslo, ya que determinados componentes de los anestésicos locales (vasoconstrictores) pueden exacerbársela.

•  Si tiene o cree tener alergia al titanio (extraordinariamente infrecuente) o a algún otro metal , también debe advertírnoslo, porque es causa de fracaso de la integración

•  Si tiene, o cree tener algún problema que afecta a su coagulación, debe advertírnoslo, para adoptar precauciones y medidas específicas.

•  Si está tomando anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, aspirina o antiinflamatorios, debe advertírnoslo para adoptar las precauciones y medidas específicas.

•  Adviértanos si tiene Vd. alguna enfermedad cardíaca que aconseje hacer profilaxis frente a la endocarditis bacteriana (fiebre reumática, válvulas cardíacas artificiales, etc.).

•  Debe indicarnos si padece de diabetes, ya que, cuando no está debidamente compensada mediante tratamiento, es causa de fracaso de la oseointegración.

•  Igualmente debe advertirnos de la existencia de antecedentes de radiación en los maxilares, por el riesgo de osteorradionecrosis.

•  El hábito tabáquico es altamente desfavorable para la oseointegración de los implantes y para la prevención de periimplantitis (infección alrededor de los implantes que puede conducir a la pérdida de los implantes).

•  Es fundamental recalcar que su higiene oral jugará un papel crucial para el éxito de los implantes. Por ello deberá seguir el plan de revisiones mantenimiento que se le prescriba en las sucesivas visitas.

Consecuencias relevantes o de importancia que el tratamiento origina con seguridad

No hay ningún efecto desfavorable que se produzca con seguridad.

 

Riesgos probables en condiciones normales

Como todo procedimiento quirúrgico bucal, la colocación de implantes conlleva una serie de molestias y riesgos menores, pero frecuentes; por ejemplo:

•  en primer lugar, recordaremos los derivados de la anestesia local, ya comentados,

•  hemorragias (fáciles de cohibir mediante compresión sobre una gasa humedecida),

•  hematoma facial y cervical (por extravasación de sangre, que se previene razonablemente bien con la aplicación local de frío inmediatamente después de la colocación de los implantes)

•  dolor e inflamación de la zona durante unos días,

•  pequeños daños en los tejidos blandos vecinos,

•  dehiscencia de la sutura,

•  sobreinfección de la herida.

La colocación de implantes, en particular, comporta otros riesgos específicos:

•  rotura de la cortical ósea (que rara vez necesita colocación de osteosíntesis),

•  daño de las raíces adyacentes , si son alcanzadas accidentalmente durante el fresado del lecho óseo,

•  aspiración o ingestión de pequeños aparatos o instrumentos rotos o desprendidos (para cuya prevención debe observar atentamente nuestra indicaciones durante la intervención).

Existen riesgos de complicaciones inherentes a la zona anatómica:

•  En implantes sobre la zona de premolares y molares se puede producir una penetración en el seno maxilar, que puede provocar: (i) una pequeña hemorragia por la nariz, (ii) una comunicación orosinusal (que podría requerir procedimientos de osteosíntesis o sutura para su cierre) o (iii) una sinusitis crónica.

•  En implantes en la región de los premolares y molares inferiores se puede producir una lesión del nervio dentario inferior o del nervio mentoniano (extremo final del anterior), bien por la manipulación directa (como en el caso de las lateralizaciones o transposiciones del citado nervio), o por invasión accidental del conducto óseo en que se aloja, bien por una reacción inflamatoria postoperatoria que puede comprimir el nervio dentro de dicho conducto.

Existe algún riesgo de intolerancias, rechazos o alergias a los materiales utilizados (implante, sutura, mallas, tornillos, membranas, etc.), pese a su máxima biocompatilidad, que podrían obligar a su retirada. Estas reacciones idiosincrásicas individuales son impredecibles: no siempre se pueden detectar y las pruebas para investigarlas, además de no ser siempre válidas, tienen un coste desproporcionado.

Cuando hay que colocar injertos de hueso del propio paciente, puede existir dolor importante durante varios días en la zona donante (mentón, rama de la mandíbula, calota craneal o pelvis) y producirse un hematoma . Además, el injerto puede no resultar debidamente integrado y precisar su retirada y una nueva reposición.

El fracaso de algún implante supone tener que modificar o, en ocasiones, cambiar completamente la prótesis apoyada sobre ellos.

 

Circunstancias particulares del paciente y riesgos relacionados con ellas

•  Si tiene antecedentes personales de diabetes mellitus tiene Vd. en particular un riesgo específico de retardo de cicatrización.

•  Si tiene antecedentes personales de tratamiento con anticoagulantes tiene Vd. en particular un mayor riesgo específico de sangrado, que requerirá, de producirse, tratamiento expreso.

•  Por sus limitaciones en la apertura bucal, la accesibilidad al campo operatorio estará restringida, lo que puede dificultar y enlentecer el procedimiento quirúrgico.

•  Si fuma, debe saber que la cicatrización resulta perjudicada y retrasada. Insistimos en recomendarle que deje de fumar, para lo que le ofrecemos expreso apoyo y ayuda a deshabituarse.

•  Si recibe tratamiento en Bisfosfonatos.


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