El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Lugo, que preside el Dr. Alejandro López Quiroga, acordó recientemente, según informa el Consejo General de Dentistas, destituir de manera inmediata a su vicepresidente, el Dr. Manuel Menéndez Mato, e iniciar los procedimientos estatutarios colegiales para la apertura de expediente, tras comprobar que había publicitado sus servicios profesionales utilizando afirmaciones que no se ajustan a la realidad y que pueden confundir a la ciudadanía.

 

La publicidad en formato impreso aseveraba que “la Organización Mundial de la Salud recomienda que el dentista sea médico. El 99% de los odontólogos españoles NO son médicos”, lo que supone una falsedad y atenta contra los intereses de los odontólogos, que están perfecta y legalmente cualificados para acometer tratamientos bucodentales una vez que hayan obtenido su título oficial.

 

En este sentido, el Consejo General de Dentistas de España muestra su conformidad con la decisión adoptada por el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Lugo, con la que se pone de manifiesto la “tolerancia cero” de la Organización Colegial de Dentistas con la publicidad sanitaria carente de veracidad, y que ha motivado numerosas reuniones con las autoridades sanitarias españolas a fin de lograr una regulación específica en la materia.

 

Al mismo tiempo, el Consejo General de Dentistas aclara que este tipo de decisiones demuestran el buen funcionamiento de los Colegios Oficiales de Dentistas de España en cuestiones en las que son competentes y reafirman su compromiso en la defensa de una Odontología ética y de calidad al servicio de los ciudadanos.

 

Sin embargo, y dado que en España se permite que empresarios ajenos al sector sanitario sean propietarios de clínicas dentales, los Colegios Oficiales no siempre pueden actuar con la misma celeridad y contundencia ante casos que perjudican flagrantemente a la profesión y a los propios pacientes.

 

Por este motivo, el Consejo General de Dentistas de España lleva años reclamando que el control de la toma de decisiones de las clínicas dentales esté siempre en manos de los profesionales para, en primer lugar, vincular la prestación del servicio al conocimiento, pero también para poder actuar de inmediato si se atenta contra la ética y deontología.


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