El reflejo de succión es normal y saludable en los bebés. Sin embargo, si continúa después de haber erupcionado los dientes permanentes, entre los cuatro y los siete años, este hábito puede provocar problemas con el crecimiento de la boca y la mandíbula, así como con la posición de los dientes.

La succión habitual del dedo hace que los dientes anteriores se dirijan hacia afuera ocasionando una mordida abierta, lo cual puede ocasionar problemas en la edad adulta, tales como desgaste prematuro de los dientes, mayor cantidad de caries y molestia al morder. La succión de chupetes una vez que aparecen los dientes permanentes produce problemas similares.

El mejor modo de resolver el hábito de succión (chupadedo) es a través del refuerzo positivo, sin utilizar palabras ni conductas negativas.

Su hijo sólo está haciendo lo que le parece natural. Elógielo cuando no lo haga. Intente corregir la ansiedad que da origen a dicho hábito. El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante (COEA) recuerda que el dentista pueden recetar algún producto de sabor amargo para recubrir el dedo y evitar la succión o bien algún aparato que le recuerde que no debe succionarlo. Recuerde, acuda siempre a su dentista de confianza en caso de duda y para las revisiones necesarias. Los padres deberíamos llevar a los bebés a la primera revisión cuando el pequeño cumple un año. Al menos antes de cumplir los dos años, según la Sociedad Española de Odontopediatría. 


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